Febrero, el mes más amoroso
del año, así que comienzo este artículo deseándoles que su quincena este llena
de amor y mucha felicidad. Pero Febrero es también el mes de las pre
inscripciones para que los niños ingresen a la escuela, a cualquiera de los
niveles básicos. En lo personal, mi hijo egresa del kínder y desde hace ya un
tiempo con mi esposo estamos analizando a que escuela entrara. Yo tengo muy
gratos y bonitos recuerdos de mis años escolares, tuve la fortuna (gracias a
mis padres) de estudiar en escuela particular toda mi educación, las bases
formativas están sustentadas en esos años de escuela, por consiguiente se ha de
suponer que tuviera una línea política marcadamente inclinada a la derecha, cosa
más opuesta como han de cerciorarse los lectores que me donen de su tiempo.
Agradezco a mis papás esa oportunidad, pero ahora como mamá, como persona,
ciudadana y orgullosa profesora democrática, mi voto de confianza es en el
sistema al que pertenezco. Con todo el respeto para mis compañeros maestros que
se inclinan a inscribir a sus hijos en escuelas particulares (cada quien
tendremos nuestros motivos muy válidos y personales) pero ahora que mi hijo va
a cursar su nivel primaria, encuentro que la congruencia a la que siempre hago
alusión en estas atropelladas líneas, se basa precisamente en decisiones como
estás, en donde es muy común escuchar comentarios negativos del magisterio,
sobre todo hacia aquella fracciones que son activas sindicalmente. Que si ya
salimos a marchar, si realizamos un paro laboral, si hay una reunión, etc. Sí,
no niego que a veces esa falta de congruencia entre nuestro deber y nuestras
convicciones, nos llevan a ver las movilizaciones como una oportunidad de
conseguir puntaje para algunas necesidades personales más que laborales, pero
mi muy estimado lector, suena trillado, pero no todos somos así, existen miles
que vemos en las movilizaciones una oportunidad de lograr cambios, que la
mayoría de las veces que nos organizamos, no es para pedir aumentos salarial,
días de descanso u otras prestaciones, (como muchos piensan) sino para hacer
valer nuestro derecho a exigir al gobierno lo que nos corresponde como
ciudadanos, a exigir mejoras en la calidad de vida de nuestro país, la lucha es
por nuestros alumnos, por nuestros hijos.
Detrás de la detención al intento de
privatización de PEMEX en este sexenio de FECAL, estuvo el FAP y también
estuvieron los maestros de Oaxaca, Guerrero, Michoacán y otros estados en donde
la mano negra de la lideresa Elba Esther no ha podido permear ni tener
injerencia, por más alianzas que haga en el camino. Sí, salimos a protestar
(aunque sea tan criticada la frase “el maestro protestando, también está
enseñando” no es un cliché, créanme), y miren que no es nada fácil aventarte
una caminada en Morelia, ¡ ya no se diga en el D.F.¡ pero no falta quien lo
hace sin convicción, por ejemplo, hace un tiempo tuvimos a una compañera en mi
centro de trabajo que venía de la fracción que nosotros denominamos “charros”
(o sea los de Elba Esther), tuvimos una movilización en una caseta de cobro en
la autopista Pátzcuaro-Uruapan, con tal de no ir a la escuela nuestra compañera
asistió a la actividad, ya ahí daban información de ir a la Cámara de Diputados
a apoyar a los integrantes del FAP que tenían tomada la tribuna precisamente
para evitar la inserción de la iniciativa privada en PEMEX, yo les comenté que
no podía ir por mi hijo (ahora son dos amores los que me detienen a andar fuera
de casa) pero que mi apoyo estaba representado en el voto que emití por ese
diputado que estaba en esa tribuna, pues era un diputado de izquierda, la
susodicha comentó sin ningún reparo que ella había votado por el PAN y que sin
lugar a dudas volvería a hacerlo ¡Y ahí
estaba sin siquiera un asomo de vergüenza de no estar en el aula, de estar en
una actividad sindical protestando en contra de aquéllos a los que había
votado! Eso sí que estaba completamente fuera de lugar ¿A poco no? Y es que ahí
es donde yo difiero de algunas inclinaciones de los compañeros, no es que
quiera que todos se vuelvan a la izquierda, pero es que se me hace tan
incongruente salir a protestar cuando has emitido un voto por aquellos contra
quienes es la lucha. A ver, ahí está la marcha del pasado 13 de enero, miles
marchamos en Morelia, sindicatos de diversos niveles educativos, más de 30 mil
mencionaron en algún momento, y yo me pregunté ¿Dónde se vio reflejado en la
elección estatal? ¿O será que castigamos a un partido que venía gobernando
tratando de establecer mesas de negociaciones con las organizaciones sindicales
por uno que ha demostrado a lo largo de sus gobiernos estatales no tener la
intención de apoyar movimientos sociales? Ah pero eso sí, abiertamente no
apoyamos a la hermana del presidente que hizo alianza con Elba Esther, pero ¿qué
tal algunos maestros se decantan por ese viejo PRI, que de nuevo solo tiene la
cara de EPN, y que en los tiempos de la elección estatal demostraba que en su
alianza con la lideresa todo era miel sobre hojuelas? ¿Dónde está entonces el compromiso
con nuestro movimiento?
Soy orgullosa profesora
democrática, como decía en un principio, pero no dejo de desconocer que como
todo sistema, a veces la contaminación se infiltra. Está por estrenarse, de
hecho este viernes, un documental que promete generar mucha polémica. He visto
cortos y por lo que adelantan, parece ser un intento de explicar el porqué de
un sistema educativo tan dañado, que genera un pobre desempeño y rendimiento
escolar, parece que tratan de encontrar un responsable, ¿alumnos, maestros,
papás o quién? Pues la respuesta, claro desde mi perspectiva, está en el
gobierno, este mal gobierno que generó desempleo, migración, violencia,
inseguridad. Un gobierno en donde la falta de oportunidades orillo a muchos a
buscar maneras de supervivencia, lejos de casa, en negocios ilegales u otros, y
que ese abandono emocional (como lo mencione en el artículo anterior) generó un
sistema familiar disfuncional, dañado, sin bases formativas que originaran
ciudadanos congruentes, estables emocionalmente, decididos y educados. Ahora,
si tengo oportunidad de verlo, rectificare mi teoría o bien me darán la razón
diciendo que desde hace muchos sexenios se sembró la cosecha de este presente.
Por eso también la respuesta
a lo que nuestro país necesita, está en nosotros, en lo decisivo y
trascendental del proceso electoral de este año, en donde está la oportunidad
única de cambiar el curso de nuestra historia. Pero recuerden, los cambios
siempre son de lo particular a lo general, por eso, este mes de inscripciones
empiezo con mi voto, de confianza a mis compañeros maestros, a nuestro sistema
educativo, a mi fracción sindical, pero sobre todo de confianza en que como
mamá tendré que cuidar mi congruencia con el ejemplo hacia mis hijos porque,
después de todo, el maestro enseña más con lo que hace que con lo que dice…
¡Tengan una quincena de lo más amorosa!
Comentarios a alvaelitac@gmail.com.
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