jueves, 12 de julio de 2012


OBTENEMOS…LO QUE MERECEMOS
Carolina Alvarez Elizarraras

Esta quincena, después de otra pausa en la escritura, les quisiera compartir más que ideas, pensamientos positivos. Vamos a respetar el tiempo final de campañas y guardar energía para la jornada electoral del día de mañana. Por consiguiente hoy quisiera abrir con estas palabras de Martín Luther King para un profundo análisis: “No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética. Lo que más preocupa es el silencio de los buenos”. Así que a ejercer nuestro derecho a votar libre y en secreto.
Ahora bien, como estamos también en tiempos de clausura veo muy acorde la siguiente reflexión:

>> Su nombre era Fleming y era un granjero escocés pobre. Un día, mientras intentaba ganarse la vida para su familia, oyó un lamento pidiendo ayuda que provenía de un pantano cercano. Dejó caer sus herramientas y corrió al pantano. Allí, encontró hasta la cintura en el estiércol húmedo y negro a un muchacho aterrado, gritando y  esforzándose por liberarse. El granjero Fleming salvó al muchacho de lo que podría ser una lenta y espantosa muerte. Al día siguiente, llegó un carruaje elegante a la granja. Un noble, elegantemente vestido, salió y se presentó como el padre del muchacho al que el granjero Fleming había ayudado.  "Yo quiero recompensarlo", dijo el noble. "Usted salvó la vida de mi hijo". “No, yo no puedo aceptar un pago por lo que hice", contestó el granjero escocés. En ese momento, el hijo del granjero vino a la puerta de la cabaña. "¿Es su hijo?" preguntó el noble. "Sí", contestó el granjero orgullosamente. “Le propongo hacer un trato. Permítame proporcionarle a su hijo el mismo nivel de educación que mi hijo disfrutará. Si el muchacho se parece a su padre, no dudo que crecerá hasta convertirse en el hombre del que nosotros dos estaremos orgullosos".
Y el granjero aceptó. El hijo del granjero Fleming asistió a las mejores escuelas y, al tiempo, se graduó en la Escuela Médica del St. Mary's Hospital en Londres, siguió hasta darse a conocer en el mundo como el renombrado Dr. Alexander Fleming, el descubridor de la Penicilina.

Años después, el hijo del mismo noble que fue salvado del pantano estaba  enfermo de pulmonía. ¿Qué salvo su vida esta vez?... La penicilina. ¿El nombre del noble? Sir Randolph Churchill. ¿El nombre de su hijo? ¡Sir Winston Churchill!

Alguien dijo una vez, lo que va regresa. Trabaja como si no necesitaras el dinero. Ama como si nunca hubieras sido herido. Baila como si nadie estuviera mirando. Canta como si nadie escuchara. ¡Vive como si fuera el cielo en la Tierra! <<
Así que ojalá todo lo que sembremos esté hecho de amor para que los frutos del mismo se disfruten con todo el cariño y satisfacción. Y como les decía en un comienzo, en tiempos de clausura y final de ciclos escolares no puedo pasar por alto mi más grande felicitación a unas personitas cercanas a mí que están egresando de su escuela: a mis sobrinas Marifher y Alisia quienes salen de su primaria y kínder respectivamente, a mi sobrino Luis Ángel quien también egresa del pre-escolar y a mi alumno Martín del CAM quien egresa de su nivel primaria.
Pero con todo mi amor, admiración y orgullo como mamá a mi hijo Fernando Arturo quien termina su educación pre-escolar, ¡Muchas felicidades tesoro, estamos muy orgullosos de ti! Y gracias a sus maestras Mariela y Esperanza por ser parte fundamental de este primer eslabón en su formación educativa. Noble labor la de las educadoras.
¡Que tengan excelente quincena! Y… ¡crucemos los dedos!

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