jueves, 29 de mayo de 2014

IDEALISMO VS PATRIOTISMO


Carolina Alvarez Elizarraras

“La independencia y la soberanía de
una nación no admiten graduaciones.
Se es o no se es independiente”
Heberto Castillo

La quincena pasada la escritura de estas líneas se sometieron a un trabajo introspectivo medio complicado, queda completamente evidenciada la inclinación política de su servidora, sin embargo en ocasiones, quizás como la pasada, uno tiene que esclarecer y entender, tanto así como aceptar aquello que objetivamente se está viviendo.

Y es de esta manera que regresamos a la otra trinchera, la de la critica y el análisis. Sucede que entre tantos temas, no había tenido la oportunidad de retomar lo referente a las reformas estructurales. En estos días estuvo presente el Secretario de Hacienda Luis Videgaray en entrevista con Carmen Aristegui, retomando el tema de las reformas estructurales que están impulsándose con gran fuerza. Especialmente la concerniente al área energética, se le cuestionó al secretario si la votación a favor de la propuesta del presidente les había sorprendido, plácida y tranquilamente respondió que no, pues la propuesta es justo lo que el país necesita. La periodista reviró y le expresó un comentario hecho por el expresidente Zedillo quien aseguró que ni en sus mejores aspiraciones hubiese creído posible que una reforma de este tipo pasaría en las cámaras con una votación como la que tuvo. Nuevamente el secretario no se inmuto, y refirió que es el resultado del trabajo  y la unidad de buscar transformar a México, aunque desde su punto de vista dichas reformas no se han concretado como quisieran.

Quienes tuvieron la oportunidad de escuchar la entrevista en vivo pudieron darse cuenta que el secretario de hacienda respondía de manera evasiva ante los claros cuestionamientos de la periodista sobre los resultados y el tiempo que tardaran en ser visibles, evidenciado la falacia que es en realidad cada  reforma emprendida. Tristemente vemos que en lo concerniente al sector energético, está encaminada al negocio de la renta petrolera, no hay más, no es un patriotismo radical el no querer la inversión privada en recursos naturales, es solo que llanamente la historia nos demuestra que el recurso en manos capitalistas privadas solo lleva a la explotación del mismo, no aporta ni mejora la economía del país. Es un embuste creer que esto generará un crecimiento económico cuando los mismos censos nos demuestran que el índice de empleo va en caída, la calidad de vida en México no se acerca ni por nada a los estándares de la OMS, ni mucho menos a los impuestos por la OCDE.

Cifras de mejora económica son más que maquilladas, la evidencia, el contexto nos dice otra cosa. Por ejemplo Carlos Capistran, ejecutivo en jefe para México de la firma financiera Bank of American Merrill Lynch, señalo que sus indicadores demostraban que México estuvo en recesión la mayor parte del trimestre, y que dicha situación pudo haber empezado en el cuarto trimestre del 2012, lo que significaría que la economía mexicana pudo haber estado sumergido durante seis trimestres y lo que le falta. Evidentemente se entiende que se necesita un cambio radical en la política económica del país para conseguir el ansiado crecimiento del PIB, esto implicaría un cambio en el modelo económico que tiene México hace más de 30 años y que hasta el momento no ha dado ningún tipo de resultado positivo. Y sacando cuentas es mucho más que palpable saber quiénes estaban en el poder hace tres décadas y que a ojo analítico las propuestas de cambio por parte del gobierno federal no es más que el reciclaje de años pasados.

Ahora bien más triste es notar que nuevamente la estructura gubernamental hace uso del poder y alcance mediático para echar a andar las discusiones sobre las leyes secundarias de dos de las reformas más polémicas, la energética y la de telecomunicaciones. No creer que buscan la plataforma perfecta para llevar a cabo sus planes (aunque suene a “compló”) ¡Es tan ingenuo como seguir creyendo que nunca existieron las tarjetas de MONEX o SORIANA!, en fin, el año pasado fue en el marco de las festividades guadalupanas aprovechándose de esa ferviente sed catolicista del mexicano, aprobaron la reforma con una increíble mayoría parlamentaria. El ambiente este año para la discusión de las leyes secundarias no podía ser mejor, fútbol, para muestra la visita de los jugadores en días pasados a Los Pinos donde fueron recibidos por el presidente, algarabía y júbilo representadas en fotos circularon en diversos medios. Paralelamente se presentó el calendario de sesiones para la discusión de dichas reformas, junio mes de fútbol y mes de votaciones en las cámaras, mes de otra muestra poblacional de apatía y desinterés, entiéndase por favor, no es que el fútbol en sí sea malo, es la distracción que produce en el grueso de la población, y la inercia social estática que desencadena. No se percibe algún instrumento con la fuerza necesaria para ser capaz de frenar este embate legislativo, las reformas una a una están pasando y todas inevitablemente golpetean a la sociedad desde diferentes ámbitos, no podemos obviar los pactos y arreglos entre los diferentes partidos como no se puede dejar de observar que aunque MORENA sigue con el proyecto alternativo, aún necesita estructuración y una fuerza mayor, que con todo el idealismo posible desde las bases lo seguimos impulsando.

Sin embargo, la verdad es que desafortunadamente en nuestro país “con mundial o sin él, con enajenación balompédica o sin ella, hasta ahora no hay ningún visto de protesta social generalizada y vigorosa en contra de la grave entrega de los recursos energéticos nacionales a firmas extranjeras y a la corrupción política nativa, ni en contra del catálogo diario de abusos, aberraciones y burlas que desde los poderes constituidos se cometen contra una población con aspiraciones de ganar medallas o trofeos relacionados con la paciencia colectiva (para usar un eufemismo) que ya se va convirtiendo en record mundial”[1]. En cambio en la sede del mundial las protestas diarias, mantienen la atención en el punto medio entre el fútbol y por otra parte los problemas económicos, el despilfarro gubernamental y la desatención a las necesidades mayoritarias, “los brasileños están confirmando que el deporte en sí, y en particular el fútbol, por más comercializado que está, no anulan ni aminoran la conciencia social”[2] Mientras tanto aquí en México, “ el crítico y recesivo secretario de Hacienda, Luis Videgaray (otro patriota que considera que el país y su reforma energética no deben frenarse por el mundial, faltaba más) asegura que el país no está en crisis ni en recesión…”[3]

Y también, mientras tanto, en lo real, en lo diario, en nuestra sociedad, todas estas benditas reformas siguen impactando de manera negativa, generando ruido en diversos sectores que no se limitan a ser simples observadores y buscan moverse y mover a otros con ellos, ni idealismo ni patriotismo, solo sensatez y afán de buscar justicia social, no igualdad, justicia en toda la extensión de la palabra.





[1] Astillero de Julio Hernández López para La Jornada, miércoles 28 de mayo del 2014. www.lajornada.unam.mx
[2] Ídem
[3] Ídem

domingo, 18 de mayo de 2014

EL CORAZÓN EN LA IZQUIERDA

Carolina Alvarez Elizarraras

Un paseo por el presente, para poder
ver el futuro que no se ve
desde el pasado en que se vive…
Juan Miguel Zunzunegui

Continuando con la grata tarea de escribir cada quincena, al momento de estar sentada frente a la computadora la algarabía de ideas da comienzo, al terminarlo, no sé si les suceda lo mismo a mis compañeros del periódico, se queda esa satisfacción de haber plasmado lo pensado y sentido, sin embargo cuando lo leo impreso en la edición quincenal siempre pienso: “debí haber hablado de esto o aquello...” Así me sucede hoy, percibo que hay tanto sobre que escribir y sin embargo una sola idea me hace ruido en la mente, quizás el sábado cuando salga el periódico a la venta vendrá de nuevo a mi ese pensamiento, llegado el momento veremos qué hacer con él.

Por hoy vuelvo a la carga con esa parte tan presente en mí, la ideología de izquierda intrínseca desde lo más profundo. Lo admito, esta vez viene con un matiz pro objetivo, marcado por el libro que en estos días me acompaña en el maravilloso viaje de la lectura, una crítica bastante confrontante a la izquierda en nuestro país, alejada de las concepciones ideológicas que la han marcado, el libro se dedica más a enarbolar la historia que ésta ha tenido en México, comenzando por las elecciones del 88.

Sigo avanzando en la lectura, como era de esperarse es un libro que me esta costando trabajo, inevitablemente cada página leída me lleva a elaborar un soliloquio en forma de réplica, pero al final es como una terapia, si no confronta no funciona.

Pero he aquí que esta Izquierda contemporánea está tan llena de expresiones y líneas que ya desde hace tiempo se venían fraguando, es más, muy probablemente siempre han estado presentes pero nunca habían sido tan observadas y menos habían tenido el alcance mediático del que hoy se puede presenciar.  Actualmente quienes ostentaban el liderazgo izquierdista en nuestro país, en la bandera de un partido, parecieran ser superados por la fuerza de la población que día a día está más despierta. Digo, evidentemente son muchos los que aún denostan a quienes se atreven a ir en contra del sistema, sin embargo habría que echar un ojo a la variedad de personas que sin premeditación se han enlistado en esta ideología. La izquierda en México está estigmatizada por el comunismo, el marxismo, el socialismo y otros tantos motes que le puedan adjudicar, muy en lo personal mi concepción es que se es de izquierda porque se piensa, se actúa y se habla con el corazón por un lado y la justicia congruente por el otro. Por más vueltas que le doy, no lo veo de otra manera, la derecha es tan elitista en sus cimientos y tan moralista hipócritamente en su práctica que no hay manera de convencimiento, al menos no para mí. Ir con el centro, neoliberalismo, que de nuevo no tiene nada y de liberal menos pues solo son las mismas prácticas tan incompetentes y pedestres de antaño.

Sin embargo casarse con la idea de estar en el camino ideológico adecuado es una utopía, no hay razón y verdad absoluta, la realidad nos supera, los paradigmas en todas las corrientes filosóficas están marcados por desencantos en voz de sus participantes. En la política es el pan de cada día, muchos personajes vinculados a partidos políticos de uno u otro lado son la mejor muestra de ello, todos tienen ese lado gris en su trayectoria, por decisiones mal tomadas, por sucumbir a las mieles del poder o bien por perderse en el camino y olvidar esos ideales que en un principio les motivaban. Como en todo no se puede generalizar, a nivel municipal, estatal y nacional existen personas que logran cruzar ese pantano sin mancharse, pocas, sí muy probablemente pero las hay. Mencionar nombres es meterse en situaciones de susceptibilidad y como decía al principio, esta vez estoy tratando de ser un tanto objetiva. Por tal motivo, busque una opinión neutral sobre este tema, Juan Miguel Zunzunegui[1], en varias ocasiones hemos compartido percepciones sobre la sociedad en general, por supuesto en base a la lectura que he hecho de sus libros (por cierto muy recomendables). Esta ocasión le pedí me apoyase contestando la pregunta, ¿Qué significa la ideología de izquierda para ti?, he aquí su respuesta: “Un estado, país, gobierno, sociedad o como sea, que tenga como prioridad el bienestar de todos y no de unos cuantos., así debería ser, sin embargo, para mí significa un discurso usado para mover masas…como todas las ideologías” ¿Qué opinas de la izquierda en México?: “Que se quedó estancada en el siglo XIX y la década de los sesentas que promueve discursos de odio, que se basa en el rencor social, que los políticos de la izquierda ven a las masas como botín político y que tienen la estúpida idea de relacionar la izquierda con jodidez… es decir igualarnos a todos abajo, qué están prisioneros en discursos ideológicos que nada tienen que ver con la realidad y que no entienden que la economía es antes que la política, que no aceptan que el mundo cambia y cambió. ¿Ves un ápice de esperanza para la izquierda en México?: “No, porque sigue en manos de los mismos dinosaurios rencorosos de hace 40 años y porque se dedican a transmitir ese rencor, porque no salen del discurso de conquista y de la idea de que somos pobre porque otros son ricos, a la izquierda le urge una revolución de ideas, pero para eso necesitan algo que no tienen ahora, autocritica, aceptar que las actuales ideas no funcionan”. ¿La respuesta a tu consideración, no está en la izquierda radical?: “Ningún radicalismo funciona, los radicalismos han generado muertos por decenas de millones… es muy cuestionable un ideal que requiere de tanto muerto, ahora bien, a los políticos no les interesa la justicia, viven de la división y del conflicto, si hubiera justicia se quedarían sin chamba, un sistema político funcionable pudiera ser la socialdemocracia europea pero no tenemos la ilustración necesaria para ese nivel de libertad, no hemos salido de la edad media, ni saldremos, eso nos pasa por ser un país que vive de los refritos de las ideas del pasado”

Obviamente hablamos de MORENA, diferimos en ésta concepción, él con sus argumentos, yo con los míos, pero me confeso que hasta ahora ha sido con la única  MORENA con la que ha podido abordar el tema objetivamente, al final de la conversación le expresé: “Creo que debo aprender a ser menos idealista, no cabe duda…” su respuesta: “Al contrario, aprender a que nadie te lo quite”

Y así este ejercicio de introspección para realizar el artículo de esta quincena, se convirtió en una conjunción de ideas realistas, mi conclusión sigue siendo la misma, la respuesta a nuestros conflictos sociales no se encontrará en una ideología especifica mientras éstas no estén acompañadas de una sociedad preparada para moverse y salir del estado de ensoñación en el que estamos desde hace siglos.

Y con todo el idealismo posible seguimos en el camino de este lado, con el corazón en la izquierda, pero en esa izquierda tan propia, tan inusual y tan singular como la personalidad de cada uno de nosotros.





[1] Escritor Mexicano, autor de diversos libros como “Los mitos que nos dieron patria”, la trilogía de “El misterio del águila” y su más reciente obra “Los cimientos del cielo”