Carolina
Alvarez Elizarraras
En los últimos días contamos
con la visita de FECAL al estado, para inaugurar algunas obras, entre lo que
más me llamo la atención de su discurso fue acerca de que ahora sí a Michoacán
le iba a ir muy bien… ¿En serio? Me pregunté, ¿Qué esa no fue una de sus muchas
promesas de campaña? ¡Ah! Pero es que ahora ya no es gobierno perredista el que
está al frente del estado y por supuesto que no importa que el ahora gobernador
haya sido el que no dejó a su hermana estar al frente del gobierno, ni mucho
menos interesa que su mismo partido fue uno de los que acuso y filtro audios en
donde se ponía en tela de juicio la mano de la delincuencia organizada en el
pasado proceso electoral de nuestro estado. No, nada de eso importa ahora,
porque lo más importante fue que logró su objetivo: evitar siguiera siendo
amarillo el poder estatal, “haiga sido como haiga sido” ¿no?
Y ahí estaban, FECAL
adulando al gobernador entrante, aludiendo en que las deudas, sobre todo la del
ISSSTE , quedarían atrás para dar paso a una nueva etapa de relación entre el
gobierno federal y estatal. Y por el otro lado, el gobernador agradeciendo la
atención del mismo, también se le olvidó de quién es hermano, exponiendo lo
endeudado que está el estado y la transparencia con la que se manejará su
gobierno. Así pues, borrón y cuenta nueva, atrás quedaron los malos ratos que
pasó nuestro estado, el “michoacanazo” que nos puso en el panorama nacional, el
no haber logrado que la refinería se construyera aquí, el hostigamiento federal
respecto a las finanzas aún por arriba del mucho más público y sin vergüenza
del de Coahuila, el desdén con el que Calderón trató a Michoacán durante todo
su sexenio, atrás quedo todo. Todo era camaderia entre los mandatarios, sin
importar que a la par estuvieran las protestas de las comunidades de Sta.
Clara, indignados por la desaparición de un joven, resultado de toda esta ola
de violencia que día a día vivimos en todo el país. No, era más importante
denostar al gobierno saliente que hablar de lo que realmente vale la pena
abordar.
Es realmente asombroso oír
por ejemplo a Vázquez Mota y a Margarita Zavala hablar sobre los avances que en estos doce años de gobierno se han
tenido en el país, a la primera para sustentar que se debe seguir la línea de
gobierno tan funcional que han hecho los panistas (híjole, ¿funcional para
quién?) a la segunda para alabar y adornar el trabajo de su esposo. A ver,
momento, ¿qué no fue en el sexenio de Fox cuando escapó uno de los delincuentes
más buscados y que ya lleva años saliendo en la famosísima lista de la revista
Forbes como uno de los más ricos? Pero más sorprendente es escuchar a la
candidata panista al gobierno del DF alentar y enaltecer la estrategia de
seguridad de este sexenio, cuando las cifras nos dicen todo lo contrario, como
el que se necesitan seis zócalos capitalinos para poder dibujar las siluetas de
todos los muertos por la delincuencia organizada (incluido su hijo en esta
estadística), volvemos a las grandes contrariedades e incongruencias. ¿O que
tal las disculpas públicas que hizo el gobierno federal vía Poiré a la mujer
que fue violada hace 10 años? Y la cual, más que un discurso pedía hechos, que
casos como éste no volvieran a suceder, mostrando su valentía desde lo más hondo.
Mujeres como ella, valientes, las hay
muchas, diariamente las vemos, las que sacan la casta por ser amas de casa
entregadas, tratando de estirar un salario que con los altos costos de los
productos de la canasta básica no alcanza para mucho, mujeres que desde otras
trincheras luchan por cambios sociales, alejadas de discursos oportunistas solo
porque están compitiendo por un puesto público, mujeres que no abusan del tema
de la equidad de género solo para ganar simpatizantes, mujeres que llevan años
luchando en contra de los verdaderos asesinos de este país, como Doña Rosario
Robles quien perdió a un hijo y a pesar de las décadas y de los gobernantes su lucha siempre ha sido
constante, mujeres que de manera tranquila y
sin alardes estuvieron detrás de grandes personajes del país, como Doña
Amalia Solórzano (q.e.p.d.), mujeres que se alejan del estereotipo histérico
que busca la gratificación a su ego mediante obras sociales para buscar un
reconocimiento, mujeres valientes que este año tendremos la oportunidad de
cambiar el destino de nuestro país.
Pero seguramente mi muy
estimado lector, se estará preguntando el por qué comencé hablando de FECAL y
cambie drásticamente el texto hacia otra dirección, a hablar de las mujeres.
Pues es que realmente se necesita tener valentía para ser una mujer en este
país, en donde según un estudio realizado a nivel mundial, precisamente con
motivo del Día Internacional de la Mujer, México está en primerísimo lugar como
el peor país para el desenvolvimiento laboral femenino pues aquí las mujeres
trabajamos más de lo que deberíamos ganar, sumémosle también que nos encontramos en los primeros
lugares de los países con mayor índice de asesinatos de mujeres y violaciones a
nuestros derechos, solo detrás de los países del medio oriente. Es por eso que no me es posible contemplar
sin levantar la voz en pro de una verdadera equidad de género, no en un
discurso tan trillado y desafortunadamente utilizado en estos tiempos
electorales. Sí, México necesita mayor participación de mujeres en todos los
ámbitos, no solo en los políticos, pero antes que esto necesita una verdadera
oportunidad de cambio, uno desde abajo, desde esas mujeres que no ven una cruda
realidad, sino que la viven diariamente, esas mujeres a las que muchas
políticas y funcionarias públicas ven de reojo y con más ganas de recibir su
voto que de preocuparse en preguntarle cuál es su necesidad, esas mujeres que
no usan “outfits” de miles de pesos, sino que esos miles de pesos serían una
fortuna para su familia en este país tan dañado en todos sus lados. Esas
mujeres valientes, que sí anhelan y esperan un cambio fraterno y verdadero. Mis
respetos y mi más sincero reconocimiento a estas mujeres, a las cuales no es
suficiente un día para reconocerles.
Solo para terminar, no quisiera
pasar por alto a una gran mujer que cada uno tenemos en casa: nuestra madre; la
mía, día a día me enseña con valentía el valor del amor a todo, a la familia, a
nuestro prójimo, a la vida, al trabajo y a nuestro país, gracias mamá por
forjar una base tan grande en mi vida. Te amo. Mis otras tres mujeres
valientes: mi tía Navi, mi suegra Guille y mi madrina Sol, gracias por ese
ejemplo constante. También felicito, a todas las mujeres valientes de nuestro
municipio, a las grandes mujeres con las que he compartido este espacio de
vida, pero muy en especial con las que comparto este presente, a las que
siempre ando invitando a sumarse a luchar por el bienestar de nuestro país: mi
hermana Gaby, mis amigas, Tzitzik, Sarai, Rubi, Erandhy Liz, Marbe, Cori, Alicia
y muchas otras con las que tengo el honor de contar con su amistad.¡¡Las quiero
hermosas!!
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