(Publicado en Tacamba del 30 de Noviembre del 2013)
Carolina
Alvarez Elizarraras
Corrige al sabio y lo harás más sabio,
corrige al necio y será tu enemigo…
A
veces la vida, esa gran maestra, te pone duras pruebas, claro que en la mayoría
siempre se aprende algo. El camino nunca es fácil, si fuera así no tendríamos
cosas que aprender, situaciones y vivencias que reflexionar; en muchas
ocasiones en este andar nos encontramos todo tipo de personas, muchos sabios y
otros un tanto necios y de cada uno de ellos aprendemos algo. Las ocasiones en
las que me he tropezado con problemáticas siempre ha estado esa voz mágica de
aliento, la de mi madre, desde mi adolescencia siempre ante las circunstancias
adversas me decía: Caro, entiende que en la vida habrá personas que no
concuerden contigo, ahí es donde conocerás a los verdaderos sabios, porque si
corriges a uno lo harás más sabio pero si es un necio indudablemente será tu
enemigo, y ahí querida hija tendrás tu aprendizaje…
Consigna
captada, frase que me acompaña desde entonces y que esta vez también escolta a
mi artículo, pero ya sabe mi muy estimado lector, aunque psicóloga de
profesión, otra de mis pasiones es hablar de política sin ser experta, valga la
aclaración, probablemente impulsada por el eco que he logrado en algunas
personas, quizás porque lo llevo en la sangre (“hija de tigre, pintito…me
dijeron esta semana”), o por ventura de que me permitan escribir en este
espacio, pero creo que es más porque en el aspecto psicopolitico no me gusta
quedarme callada. Sé que escribo muy diferente a mis compañeros que engalanan
con sus notas estas páginas, y sé también que soy una MORENA irremediablemente
apasionada que contextualiza muy a su manera el panorama social y político de
este país.
Por
eso esta quincena, aunque la inspiración tardo en llegar, al final se
estableció con una premisa, hablar y analizar al partido amarillo y su reciente
congreso nacional, hablar de ¿sabios y necios? Bueno, eso usted lo decidirá,
obviamente hay que fundamentarse para expresar con exactitud la información,
así que retomo un artículo bastante interesante que me hicieron llegar la
semana pasada via correo electrónico bajo el título: “¿Se unirán las
izquierdas?” bajo la firma de Octavio Rodríguez Araujo, parafraseo a
continuación lo más relevante: “Por ahí
de agosto de 1996 me habló por teléfono Andrés Manuel López Obrador.
Conversamos unos minutos y coincidimos en que el PRD debía ser, además de un
partido político de tipo tradicional, un movimiento ligado a las luchas
sociales de los mexicanos por mejorar sus condiciones de vida en varios
aspectos, especialmente en lo económico. Lo acababan de elegir presidente
nacional de su partido. Por diversas razones, en su mayoría muy conocidas, el
PRD no ha logrado ligarse a los movimientos sociales salvo en momentos muy específicos
a lo largo de su historia. Lo más grave es que podría decirse que, con el
tiempo y una ayudadita de Nueva Izquierda y otras corrientes afines, tampoco ha
logrado convertirse en el partido político de tipo tradicional y de izquierda
que quisieron e intentaron sus fundadores. Hoy por hoy el partido del sol
azteca es difuso en muchos sentidos, de muy dudosas posiciones de izquierda y,
desde luego, muy lejano de los movimientos sociales o muy poco comprometido con
éstos”. [1]
Realiza
un recorrido del trayecto de AMLO al interior del PRD, logros minimizados por
las corrientes dentro del mismo y obviamente por aquellos que ostentan el poder
y siempre han denostado al tabasqueño. Yo considero que AMLO se ganó a pulso su
posición en el partido, y si creyéramos (solo si creyéramos) en teorías
conspiratorias podríamos pensar que en su andar hubo varios necios que
inevitablemente se convirtieron en enemigos políticos al servicio de los
poderes fácticos; es que si en el 2005 en pleno proceso de desafuero, minutos antes
de que AMLO entrará a la Cámara de Diputados a dar su discurso aludiendo saber
de antemano el resultado de la votación, rodeado y cobijado por “compañeros
comprometidos” a defender a su entonces Jefe de Gobierno, si en ese momento
alguien nos hubiera dicho que la gran mayoría de los ahí presentes le darían la
espalda, peor aún, que el PRI de Salinas llegaría de nuevo al poder bajo la
máscara de EPN, que tanto algunos del PAN (dígase FOX y varios Calderonistas)
como del PRD (díganse Los Chuchos) le iban a allanar el camino y no solo eso,
también estarían en una alianza para mejorar el país (que no sé hasta la fecha
en qué lo han mejorado) bajo el polémico nombre “Pacto por México”, si nos
hubieran dicho esa noche todo esto, ¿lo habríamos siquiera puesto en
perspectiva? Creo que esa noche no solo en los asientos de las cámaras estaban
sentados algunos necios, creo que al lado de AMLO estaban otros tantos.
Hoy,
años después, AMLO ya no está en el PRD, “aprovechado” uno de los tantos motes
que le han adjudicado por salir de un partido perdido en su idiosincrasia,
empalmado de tantos intereses personales, usado a conveniencia por algunos de
los que siguen ahí, trampolín de otros que no conocen su historia y por lo
tanto no le muestran fidelidad a su ideología, (y no, no hablo de cuestiones
locales, sino de cosas más grandes y de verdad importantes). Un partido con una
gran historia, eso sí, con gente de verdad entregada; pero que
desafortunadamente ha tenido paralelismos en su andar, pocas veces luchadores sociales
íntegros se han conectado al mismo, quizás por eso también sus luchas
parecieran banales; un partido incapaz de reconocer que se deben hacer cambios
a fondo, temeroso de renacer de las cenizas. Un partido contradictorio, sujeto
a caprichos de corrientes necias.
“Podría decirse que López
Obrador ha sido un político rara avis, innegablemente asociado a movimientos
sociales, quizá hasta se le pudiera llamar (no peyorativamente) movimientista.
En consecuencia, cuando quedó claro para todos que en el PRD –incapaz de
refundarse– ya no tenía cabida, optó una vez más por organizar un movimiento
con fines políticos: el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).”[2]
Pensar
en unión en las izquierdas parece utópico cada vez más, sobre todo después de
lo que vimos el pasado fin de semana, donde Nueva Izquierda se colocó con
mayoría al reformar sus estatutos brindando una plataforma compleja, pues por
un lado permitiría el regreso de su líder moral, el Ing. Cárdenas y por otro
ambivalente al mantenerse en el Pacto por México, eso sí con la consigna de que
sí es aprobada la Reforma Energética habría respuesta negativa por su parte.
Con un Marcelo Ebrard en apariencia desplazado al no obtener respuesta
favorable ante su propuesta sobre que la dirigencia se realizará mediante el
voto universal (quizás una propuesta muy avanzada para estos tiempos
retrógradas).
“Ojalá entiendan que sin
unión estratégica le estarán dejando al PRI todo el país. La efervescencia
social que hemos visto en lo que va del gobierno de este partido busca, en mi
interpretación, que los partidos de izquierda oigan sus reclamos y acompañen
sus movimientos. Acompañar no quiere decir dirigir. Simplemente acompañarlos y
solidarizarse con ellos, aunque lo ideal sería que también los movimientos estuvieran
unidos y no en la dispersión que los ha caracterizado. La división de la
oposición siempre favorece, al final, al poder instituido”.[3]
Pensar en unión, es pensar
en corto, dentro de muy poco en nuestro municipio se dará una prueba de fuego y
veremos a los sabios y a los necios locales, la moneda está en el aire…
Esta vez mis saludos son
para mi esposo y Don Rigo, nuestro impresor, ya que entre los dos me dieron la
grata sorpresa de felicitación por mi cumpleaños, ¡Gracias!, humildemente no creo
merecer tanta consideración.
¡Que tengan una maravillosa
quincena mis estimados lectores! Comentarios a alvaelitac@gmail.com y sigue este
artículo en www.alvaelitac.blogspot.com