jueves, 23 de enero de 2014

EFECTO DOMINO

Carolina Alvarez Elizarraras

La espada del guerrero sabio no corta
ni atraviesa, refleja la luz
Alejandro Jodorowsky

La quincena pasada la frase que encabezaba mi artículo era bajo la autoría de Alejandro Jodorowsky,  hablaba de como suprimir al mal…de corazón a corazón. Hoy de nuevo transcribo palabras suyas, creo que la ocasión lo merece. Es inevitable incluso.

Hablar de nuestro estado, es hablar de un anclaje histórico de lucha, de aires revolucionarios, de cambios detonados. En este presente es hablar de violencia, de fuego, de disfraces, de simulaciones políticas, de juicios, señalamientos, poder mediático… pero sobre todo es hablar de algo que empezó hace muchos años atrás, algo que todos sabemos pero pocos se atreven a señalarlo, porque hacerlo sería buscar culpables y señalar culpas inevitablemente conlleva cargar una propia por ser implícitamente participe en ella. Por eso yo prefiero hablar de responsabilidades, porque las culpas inmovilizan, las responsabilidades sobrellevan cambios y éstos por muy dolorosos que se puedan sentir, son necesarios y siempre, siempre nos dejan enseñanzas.

Desafortunadamente en México somos muy malos aprendiendo, tenemos una riqueza histórica exorbitante y sin embargo actuamos como los españoles en la conquista, siempre estamos buscando esconderla, tenemos miedo a pensar, a actuar, a salir de nuestra zona de confort, a dejar de lanzar consignas y ser parte del cambio, a revisar nuestro pasado para encontrarle sentido a nuestro presente.
¿Cómo no entender el grado de violencia a la que hemos llegado en Michoacán? Si somos el referente revolucionario por excelencia, si por décadas hemos visto los estragos de la desigualdad social, de esta pobreza que carcome, que destruye sueños, anhelos y valores. ¿Cómo no entender las fugas psicosociales si no ha habido otro camino? ¿O si lo ha habido?...

Entre tantas lecturas hechas, a veces parece una marabunta de ideas revoloteando en mi cabeza, una enajenación dirían algunos filósofos, por eso mejor aterrizo, contextualizando lo que yo he visto, con lo que he convivido en mi pueblo. Y aun así estoy segura que solo es un fragmento muy ligero de lo que ha pasado en muchos otros lugares, en extremo ligero quizás, pero no deja de ser real.

Recuerdo que hubo un momento, una etapa en mi pueblo, en el que sucedió mucha migración “al norte” como se decía, la necesidad estaba haciendo estragos en las familias, el ambiente político que vivía nuestro país era tenso, se hablaba de devaluación,  de un Fobaproa, de un tratado de comercio que abriría las puertas de nuestra economía… nada de eso se reflejaba en mi tenencia. Lo que sí era evidente, era que cada vez más jóvenes se iban en busca del “sueño americano”, entonces comenzaban las remesas, las casas se veían mejor, ya había dinero, había hijos que sostenían la economía, pero desafortunadamente también había pérdida de identidad, de valores, de ideologías y una gran apatía por lo que sucedía de este lado. Acá la lucha entre sacar sustento día a día, caminaba a la par con la necesidad de otros países consumistas de nuestra máxima planta exportadora. Honestamente, a estas alturas: ¿Quién no duda de esa responsabilidad en la droga que se siembra en México? Si esta era mejor pagada que la siembra de cualquier otra especie, si las autoridades se hacían las que no veían, si era fácil transportarla, si generaba sustento y otro día de alimento para la familia, si se podía... ¿por qué no hacerlo? Si generaba ganancias para las autoridades coludidas, ¿por qué no hacerlo? Si donde la consumían con mayor ahínco era al otro lado de la frontera norte ¿por qué no hacerlo? Inevitablemente en ese por qué nunca hubo culpa, pero tampoco hubo un asomo de responsabilidad, por tal motivo, como todo sistema estas acciones terminaron por contaminarse,  tenía que ser, ningún sistema es perfecto y en este caso se permeo de tantos matices que lo comenzaron a volver desquiciado, violento, con unas ansías de poder entre más grande era éste, con unas ansías de someter y dañar, con una carga de maldad, de psicosis, de enfermos, de caídos ante el sistema neoliberalista que desde entonces predominaba en el país.

Es como si las piezas se hubieran dispuesto en el tablero, las necesarias para comenzar las jugadas, pensadas estratégicamente, cada paso, cada movimiento planeado certeramente, con alcance a largo plazo. Concibiendo cada movimiento, haciendo trampa incluso en el juego del poder, doblegando al enemigo con un sinfín de artimañas, distrayendo con estímulos visuales vía mediática, entreteniendo al pueblo con circos y teatros. Sí, ya sé que suena a conspiración, pero y si realmente fuera así, si lo que estamos viviendo con tanta violencia, tanto odio social, tanta apatía, tantos distractores, tanta desigualdad… si todo esto fuera parte de una estrategia, un objetivo claro de aquellos que ostentan el poder, y no se piense en EPN, FECAL, FOX u otros en su tiempo, pensemos más allá, en alguien que observa desde afuera nuestra riqueza como país y desea poseerla, por tal motivo, que mejor que generar guerras, los tiempos ya no están para llegar e invadir una nación, ya no es tan fácil, ahora lo sustentable es generar guerras sociales al interior de la misma. Esto, más un presidente inepto, más una carga de reformas preocupantes para la sociedad, más un poder televisivo enervantemente atolondrado crean un escenario perfecto para la bipolaridad social.

Indudablemente lo que sucede en Michoacán es un reflejo de lo mucho que ha sido corrompido nuestro país, las estúpidas estrategias que los gobiernos federales han implementado en el combate a las drogas, les digo, es mandar a terapia al miembro de la familia que esta “mal” pero a la hora de entrarle a los cambios ellos no se mueven, ósea quieren combatir la corrupción ¡que tienen metida hasta la médula espinal! Por eso la situación explotó, el miedo se convirtió en aliciente, el temor en un arma, y el no tener nada más que perder en un motor de motivación, el cansancio de extorsiones, de límites rebasados, de ultrajes y muertes, de darse cuenta que no hay justicia, que no había ley que la llevara a cabo, y entonces el pueblo se organizó, se armó literalmente y se protegió.
Hablar de héroes o villanos es buscar culpables, y como les decía al principio, yo prefiero buscar responsables. Muchos hablan a favor de las autodefensas, yo me reservo, evidentemente las guardias comunitarias dejan al descubierto el grado de complicidad de los tres niveles de gobierno, el cinismo del narcotráfico, el alcance del mismo. Pero también dejan juicios encontrados en la sociedad, que vemos con gran tristeza lo que sucede en nuestro que-herido estado y con gran preocupación por observar a que grado impactara a nuestros hijos.
Y yo por más vueltas que le doy, si veo un gran responsable: nuestro gobierno neoliberal, capitalista en extremo, nuestras malas decisiones al elegir gobernantes, nuestro egoísmo, nuestra falta de educación, nuestra pobre idiosincrasia, nuestra gran desigualdad económica, país de contrastes con zonas de pobreza extrema y por otro lado productor de empresarios millonarios… no evolucionamos, ni mental, ni psicológica, ni social, ni espiritualmente. “La rebelión es una acción individual que nada tiene que ver con las multitudes. La rebelión no tiene nada que ver con la política, el poder, la violencia, la rebelión tiene que ver con cambiar la conciencia, el silencio, el ser de las personas. Es una metamorfosis espiritual, el individuo que pasa por una rebelión no combate con nadie, sino que lucha con su propia espiritualidad”[1]

Esta quincena, intente documentarme para tener la información más certera sobre lo que acontece en nuestro estado. Al final lo evite, no es un resumen lo que quería hacer, era adentrarme en el efecto domino que ha propiciado ese círculo negro.[2] Era intentar mover conciencias desde lo profundo, desde la más nítida esencia del ser humano: la conciencia amorosa, y esa empieza cuando dejamos el egoísmo de lado y comenzamos a preocuparnos por el prójimo, por el bien colectivo, a final de cuentas se acercan tiempos difíciles, amar es urgente…

Buscando siempre acompañar mi colaboración de alguna imagen significativa, esta quincena afortunadamente conté con la ayuda de un buen amigo, quien de nuevo me permite compartirles parte de su obra, al verla no pude más que pedirle su autorización para publicarla, les comparto la historia de la misma, creo que más adecuada no podría ser. 


Silencio
óleo sobre lienzo
1998

La historia… Se llama Don Jesús, es un viejito que tenía más de 100 años, tuve la fortuna de conocerlo en México hace tiempo. Cuando era niño se quedó sordo por una infección, su silencio le hacía ver la vida de una forma diferente y sobretodo no escuchaba el dolor de la tierra, la forma de como los gobernantes han abandonado el campo y de quién lo trabaja...



¡Andrés, un abrazo hasta Madrid!, mil gracias por tu apoyo y palabras.



[1] Osho
[2] Parafraseando a Antonio Velasco Piña en su libro bajo el mismo nombre 

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