jueves, 18 de septiembre de 2014

HOY COMO AYER

Carolina Alvarez Elizarraras

“Conocer el pasado para entender
y transformar el presente”


Cambiando de canal me encontré con una película llamada Cananea, no había tenido oportunidad de verla y la verdad me gusto. Un filme de Marcela Fernández Violante en la que se narra los antecedentes de la famosa huelga realizada por los mineros a principios del siglo XX, ocurrida el 1 de Junio de 1906, este acontecimiento se considera precursor de la Revolución Mexicana, y todo un hito en los tiempos que corrían. Hablar de la película es entrar en un dilema cinematográfico entre su fotografía, trama y secuencia, por tal razón es más interesante y cuestión de análisis la temática de aquel entonces y tan actual en este presente. La película no muestra el aspecto real del presidente, Porfirio Díaz, pues en las escenas del filme solo se proyecta cómo fue la visita a la mina y cómo le mostraron las condiciones en las que se desempeñaban los trabajadores. El contexto vivido en el México de esos tiempos es más crudo y amargo que eso. Las condiciones laborales rayaban en lo inhumano, el poder se concentraba en solo unas manos y las empresas extranjeras gozaban de la impunidad y el cobijo del gobierno federal para saquear nuestros recursos. Las huelgas de Cananea y Rio Blanco (aunque es conocida así, los obreros que se declararon en huelga pertenecían a las fábricas de Tlaxcala y Puebla) fueron algunas de las situaciones que mejor describían el statu quo del Porfiriato. La segunda huelga (la de Río Blanco) se dio en diciembre de 1906, los obreros textiles pidieron la intervención del presidente, quien favoreció a los empresarios y ordenó la reanudación de labores en las fábricas en enero de 1907, no solo sin satisfacer las demandas de los trabajadores sino que atentaban contra la libertad de asociación y aprensión de todos los huelguistas, sociedad campesina u obrera. Lo que provocó una revuelta y terminó con la intervención de los soldados del 13° Batallón quienes dispararon contra la multitud. Una vez restablecido el orden por las fuerzas militares, el gobierno de Porfirio Díaz ofreció un gran banquete a los empresarios extranjeros propietarios de las fábricas en compensación por la rebelión obrera.

¿Qué tanto hemos cambiado de un tiempo a la fecha? Han pasado un sinfín de movimientos desde la revolución hasta la actualidad, cada uno representa un fragmento de nuestra historia contemporánea, un rasgo en la personalidad colectiva y la psique de la sociedad, sin embargo pareciera  que por más episodios de cambios, de lucha, de concientización; en México tenemos ese mal de no conocer y reconocer nuestra historia. Una y otra vez repetimos patrones sociales de conducta mal encaminados, bien sustenta la tesis del libro de Andrés Manuel López Obrador “Neoporfirismo, Hoy como ayer”[1], el cual realiza un recorrido paralelo entre los tiempos del porfiriato y los actuales; “en el exhibe las fechorías, las grandes fallas, las trapacerías de nuestra historia pasada y presente. Andrés Manuel empleó el tiempo que le quedaba luego de sus recorridos por toda la República para sentarse a estudiar, a investigar y exhibir lo que han hecho los gobiernos de México hasta el día de hoy. Después de leerlo pensé que ojalá y los estudiantes de México tuvieran un maestro de historia tan puntilloso, apasionado y responsable como él. Cárdenas supo cómo ninguno que los gobernantes deben vivir lo que vive el pueblo, su duro viaje de la mañana a la noche. Si así lo hiciera hoy el gabinete en turno sabría cuáles son las demandas y cuáles pueden ser las soluciones”[2]

Y he aquí que la frase que versa sobre que el pueblo que no conoce su historia tiende a repetirla, se ejecuta de manera literal, desafortunadamente la conciencia de muchos mexicanos sigue dormida, sumergida en una ensoñación mediática, alimentada de momentos y sucesos transitorios e inútiles como las telenovelas, de momentos y luchas tan potentes que son desmanteladas para evitar cambios. Cuando termine de ver la película que les comentaba me quedó esa sensación de desasosiego tan conocida en mi cuando observo algo que por más vueltas analíticas que le doy no logro entender su congruencia. Repetimos, estamos bajo un mismo régimen, los actores políticos solo han cambiado de nombre y de colores quizás, pero la situación sigue tan vigente a más de un siglo de distancia. Me acordé por ejemplo de un dato que nos compartió Alfredo Ramírez Bedolla el domingo 10 de Agosto, cuando impartió la plática sobre la Reforma Energética: en 1903 la primera ley sobre el petróleo consideraba a este como propiedad de la Nación pero las empresas extranjeras podrían expropiarla siempre y cuando dieran regalías al gobierno; y ¿Acaso no es lo que viene en esta nueva reforma?, y así podríamos ir citando las 21 leyes que integran la Reforma aprobada, cada una de ellas impactando de manera negativa al grueso de la sociedad, la que sigue siendo más vulnerable, la clase media y baja, la que paga los platos rotos de las malas decisiones tomadas no solo por los representantes sino por todos aquellos que votaron por ellos.

Hacer labor de concientización es todo un reto, no se trata de hacer que el otro piense  como nosotros, se trata de que analice, de experimentar desde otro punto de vista, desde el colectivo, se trata de percibir las injusticias como una lucha social propia, mientras la igualdad sea una cuestión ambivalente no habrá prosperidad y eso no lo entendemos, tampoco se trata de casarse con ideas socialistas o comunistas, o cualquier otro tipo de pensamiento, creo que al final se trata de ser una persona honesta, congruente, reflexiva, apasionada por su trabajo, combativa contra las injusticias y con un amor tan grande por su nación que mantenga la esperanza como el recurso y la motivación más magna para transformar. Sí, creo que a una persona así le han llamado “loco”, “sociópata” y demás motes que se les puedan ocurrir, pero nunca le podrían llamar corrupto.

Hoy como ayer, los grandes poderíos buscan apropiarse de nuestros recursos, de nuestra soberanía, hoy como ayer nuestros gobernantes están al servicio de esta mafia, pero lo alentador es que hoy como ayer, existen esos luchadores, aquellos precursores de levantamientos como el de Cananea y Rio Blanco,  esos que se alzaron en armas como en la Revolución y sobre todo hoy como ayer hay muchos que están saliendo de ese estado de ensoñación y con el estandarte idealista de la trasformación, caminan en nuestro presente para recordarnos que es muy cierto: el camino se va haciendo cuando lo andamos.

Bien decía Freud, las casualidades o accidentes no existen, no es casualidad que hoy me refiera a AMLO y medite sobre su libro. Tendremos el grato honor de acompañarle en su visita a nuestro municipio el 30 de Agosto a las 3 de la tarde. Nuevamente visita Michoacán y esta vez llegará a Tacámbaro para realizar una Asamblea Informativa en el marco de la Lucha por la Defensa del Petróleo, buscando cerrar el ciclo de recabación de firmas y encaminando el trabajo a lograr la Consulta Popular en los comicios del 2015. Enhorabuena


[1] Andrés Manuel López Obrador, Editorial Grijalbo. 2014
[2] Elena Poniatowska en la presentación del libro arriba mencionado el 17 de Marzo del año en curso.

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