jueves, 18 de septiembre de 2014

¿QUIEN ENTIENDE A LOS LEGISLADORES?

Carolina Alvarez Elizarraras


Reforma fiscal  es cuando, prometen reducir los impuestos
sobre las cosas que se gravan desde hace tiempo y
para ello crean nuevos sobre las cosas
que aún no estaban gravadas.
Edgar Faure[1]


Siguiendo la actividad de nuestros ilustres legisladores, quienes en días pasados dieron al parecer el último golpe aprobando las leyes secundarias de la Reforma Energética, uno no deja de cuestionarse la manera tan incongruente de hacer política. Ya he gastado palabras en otras ediciones para compartirles desde mi perspectiva lo inicuo de la forma en que el Gobierno Federal ejecuta su plan para “Mover a México”, es innegable el mandato de aprobar las reformas a como dé lugar. La realidad es que se encuentran completamente descontextualizadas, no hay peor ambivalencia que la de aprobar leyes para un pueblo que no concuerda con la visión que se tiene del mismo. Los diputados que aprobaron cada una de las reformas no se detienen a analizar, ¡ya quisiéramos llegaran a tener inteligencia emocional!, ellos pactan acuerdos para un beneficio personal o dado el caso partidario, en el encuadre es que ni cuentan con los datos duros reales, ni estudian a fondo para buscar una estrategia adecuada a las necesidades de nuestro país, no, ellos se dedican a hacer lo mejor que saben: dar discursos cargados de palabrerías redundantes, regresar a sus distritos a dar dádivas y tomarse fotos, explicando a sus votantes como están respondiendo a su confianza reformando al país bajo un esquema reformatorio pactado con saña, porque no es congruente que salgan y griten a los cuatro vientos que están defendiendo el petróleo cuando en las otras reformas han votado a favor de las mismas.

Cada una de las reformas aprobadas tiene un impacto negativo en los sectores más vulnerables de la sociedad, impactan en lo laboral, en la educación y en la economía. Esta vez mi atención se centra en la Reforma Fiscal, otra de las “grandes” iniciativas que el gobierno federal está mandando. No soy una experta en el tema fiscal, sin embargo es indudable la gran crítica que le podemos hacer a esta reforma. Para empezar podemos evidenciar como el gobierno federal (vía aprobación de los legisladores) lanzan una reforma sin tener la plataforma electrónica para llevarla a cabo, la facturación es vía internet, se tiene que entrar a la página del SAT y como ésta da sustento a nivel nacional simple y sencillamente se satura, lograr entrar y realizar cambios es toda  una odisea, tarda muchísimo en dar respuesta, a esto auméntele el hecho que pese a lo que digan y aún con su reforma de telecomunicaciones, la calidad del internet en lo real es que es malísimo comparado con otros países. Ahora bien, ¿Qué pasa con aquellos que no tienen acceso a Internet?, se tiene que reconocer que una parte de la sociedad no tiene el acceso  o no cuenta con las herramientas necesarias para realizar su facturación electrónica. Es absolutamente necesario capacitar para que se pueda lograr este “cambio” que impulsa la reforma; días atrás se realizó una reunión en la Receptoría de Rentas de esta ciudad, en la cual se dio la información sobre cómo proceder para presentar el primer bimestre del año en curso los contribuyentes que pertenecían al régimen de Repecos (aquellos pequeños empresarios, llámese comerciantes, taqueros, vendedores, entre otros, con un ingreso anual no mayor a 2 millones de pesos, o sea un porcentaje muy  importante de la población y que es parte medular de la economía de nuestra nación), ahora con esta nueva disposición se convierte en Régimen de Incorporación Fiscal.  Los asistentes a dicha reunión centraron su atención a la información dicha por la encargada del despacho en donde expresaba las “bondades” de los cambios impulsados desde el ocupante de la silla presidencial, como el hecho de que este año el ISR se presentará a ceros, lo que desató diversas críticas ya que básicamente con la información dada se otorgaban las herramientas para que el contribuyente sea quien realice todos sus movimientos incluyendo su formato de pago vía internet sin que el gobierno o los encargados anteriores les otorguen mayor asesoramiento posterior, ya que es responsabilidad del contribuyente cumplir con esta obligación. ¿Se puede usted imaginar amable lector si todos los contribuyentes podrán llevar a cabo por ellos mismos dicha obligación? Tome en cuenta las consideraciones que ya le he comentado líneas arriba.

La situación es que no se trata de una reforma fiscal propiamente dicha sino de acciones fiscales recaudatorias. Para haberse concretado una reforma debió integrarse un cuerpo coherente de medidas; no solo enfocar el lado del ingreso  sino también el del gasto público, su eficiencia y su transparencia. Son acciones de impacto recesivo, no son procrecimiento, condición que la economía mexicana requiere en esta coyuntura. La improvisación que reflejan varias medidas indica que no se llevó a cabo una discusión seria y estructurada por parte de los diputados; se legislo con premura y poca seriedad, tal cual y lo han venido haciendo con todas las demás reformas[2]. Preocupa el endeudamiento público que está detrás de varias medidas, como es el caso de la pensión universal y previsiblemente el seguro de desempleo, lo cual puede tener consecuencias adversas muy graves, hoy palpables a nivel internacional, si a futuro no se logran los recursos suficientes para mantener este compromiso. La reforma no protege la clase media como lo quieren hacer ver, o como en su momento lo expresó Rosario Robles.

Para compensar los ingresos que no se tendrán por las modificaciones en la reforma propuesta, el dictamen que se envió a la cámara de Senadores implicó un incremente en el precio de la mezcla mexicana de petróleo de 81 a 85 dólares por barril. Lo cual contrasta si se recuerda que uno de los principales objetivos de  tener una reforma hacendaria era precisamente reducir  la dependencia de los ingresos petróleos.

En opinión de Steve Forbes, presidente y director de Forbes Media, el aumento en impuestos es dañino y no necesario, “deben tener una economía que crezca, nuevos negocios surgiendo. La mejor forma de combatir la informalidad es facilitar el proceso de  establecer un negocio legal, el Gobierno debería hacer otra reforma fiscal, pero para bajar los impuestos y simplificarlos como lo hizo Hong Kong y Singapur”

Ahora dígame estimado lector, ¿Usted entiende a nuestros legisladores? Entiende que la forma en que hacen política es una mera simulación, los pactos ya están establecidos, la mafia del poder logró enajenar a la población que ilusamente creyó en un proyecto de telenovela del canal de las estrellas, lo triste es que pese a todo a esto mucha gente sigue con esa naturaleza de creer lo que la televisión dice, denostando los movimientos sociales que impulsan cambios verdaderos y un despertar de conciencias, que buscan lograr que nuestro país retome el camino sagrado que tenemos escrito en nuestra constitución basada en Los Sentimientos de La Nación de un líder michoacano y que día a día vamos perdiendo. 

Hoy jueves 7 de Agosto a unas horas de que me cierren la edición del periódico, observo con sentimiento como  se consumó el mayor atraco a la nación, la apatía y el desasosiego no nos permitieron movernos para evitarlo, pero afortunadamente la esperanza es algo que nadie arrebata, si logramos la consulta popular tendremos el derecho y el gobierno la obligación de preguntarnos si estamos o no de acuerdo en que se lleve a cabo la Reforma Energética bajo los lineamientos del PRIANISMO. Así que le invito a que se una a esta iniciativa impulsada por MORENA ¡Que nos pregunten a Todos! Para que en las elecciones federales del 2015 se pregunte a los ciudadanos ¿Estás de acuerdo o no en que se otorguen contratos o concesiones a particulares, nacionales o extranjeros, para la explotación del petróleo, el gas, la refinación, la petroquímica y la industria eléctrica? 

[1] Político, escritor y académico francés

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