Carolina Alvarez Elizarraras
Reforma fiscal es
cuando, prometen reducir los impuestos
sobre las cosas que se gravan desde hace tiempo y
para ello crean nuevos sobre las cosas
que aún no estaban gravadas.
Edgar Faure[1]
Siguiendo
la actividad de nuestros ilustres legisladores, quienes en días pasados dieron
al parecer el último golpe aprobando las leyes secundarias de la Reforma
Energética, uno no deja de cuestionarse la manera tan incongruente de hacer
política. Ya he gastado palabras en otras ediciones para compartirles desde mi
perspectiva lo inicuo de la forma en que el Gobierno Federal ejecuta su plan
para “Mover a México”, es innegable el mandato de aprobar las reformas a como
dé lugar. La realidad es que se encuentran completamente descontextualizadas,
no hay peor ambivalencia que la de aprobar leyes para un pueblo que no
concuerda con la visión que se tiene del mismo. Los diputados que aprobaron
cada una de las reformas no se detienen a analizar, ¡ya quisiéramos llegaran a
tener inteligencia emocional!, ellos pactan acuerdos para un beneficio personal
o dado el caso partidario, en el encuadre es que ni cuentan con los datos duros
reales, ni estudian a fondo para buscar una estrategia adecuada a las
necesidades de nuestro país, no, ellos se dedican a hacer lo mejor que saben:
dar discursos cargados de palabrerías redundantes, regresar a sus distritos a
dar dádivas y tomarse fotos, explicando a sus votantes como están respondiendo
a su confianza reformando al país bajo un esquema reformatorio pactado con
saña, porque no es congruente que salgan y griten a los cuatro vientos que
están defendiendo el petróleo cuando en las otras reformas han votado a favor
de las mismas.
Cada
una de las reformas aprobadas tiene un impacto negativo en los sectores más
vulnerables de la sociedad, impactan en lo laboral, en la educación y en la
economía. Esta vez mi atención se centra en la Reforma Fiscal, otra de las
“grandes” iniciativas que el gobierno federal está mandando. No soy una experta
en el tema fiscal, sin embargo es indudable la gran crítica que le podemos
hacer a esta reforma. Para empezar podemos evidenciar como el gobierno federal
(vía aprobación de los legisladores) lanzan una reforma sin tener la plataforma
electrónica para llevarla a cabo, la facturación es vía internet, se tiene que
entrar a la página del SAT y como ésta da sustento a nivel nacional simple y
sencillamente se satura, lograr entrar y realizar cambios es toda una odisea, tarda muchísimo en dar respuesta,
a esto auméntele el hecho que pese a lo que digan y aún con su reforma de
telecomunicaciones, la calidad del internet en lo real es que es malísimo
comparado con otros países. Ahora bien, ¿Qué pasa con aquellos que no tienen
acceso a Internet?, se tiene que reconocer que una parte de la sociedad no
tiene el acceso o no cuenta con las
herramientas necesarias para realizar su facturación electrónica. Es
absolutamente necesario capacitar para que se pueda lograr este “cambio” que
impulsa la reforma; días atrás se realizó una reunión en la Receptoría de Rentas
de esta ciudad, en la cual se dio la información sobre cómo proceder para
presentar el primer bimestre del año en curso los contribuyentes que
pertenecían al régimen de Repecos (aquellos pequeños empresarios, llámese
comerciantes, taqueros, vendedores, entre otros, con un ingreso anual no mayor
a 2 millones de pesos, o sea un porcentaje muy
importante de la población y que es parte medular de la economía de
nuestra nación), ahora con esta nueva disposición se convierte en Régimen de
Incorporación Fiscal. Los asistentes a
dicha reunión centraron su atención a la información dicha por la encargada del
despacho en donde expresaba las “bondades” de los cambios impulsados desde el
ocupante de la silla presidencial, como el hecho de que este año el ISR se
presentará a ceros, lo que desató diversas críticas ya que básicamente con la
información dada se otorgaban las herramientas para que el contribuyente sea
quien realice todos sus movimientos incluyendo su formato de pago vía internet
sin que el gobierno o los encargados anteriores les otorguen mayor
asesoramiento posterior, ya que es responsabilidad del contribuyente cumplir
con esta obligación. ¿Se puede usted imaginar amable lector si todos los
contribuyentes podrán llevar a cabo por ellos mismos dicha obligación? Tome en
cuenta las consideraciones que ya le he comentado líneas arriba.
La
situación es que no se trata de una reforma fiscal propiamente dicha sino de
acciones fiscales recaudatorias. Para haberse concretado una reforma debió
integrarse un cuerpo coherente de medidas; no solo enfocar el lado del
ingreso sino también el del gasto
público, su eficiencia y su transparencia. Son acciones de impacto recesivo, no
son procrecimiento, condición que la economía mexicana requiere en esta
coyuntura. La improvisación que reflejan varias medidas indica que no se llevó
a cabo una discusión seria y estructurada por parte de los diputados; se
legislo con premura y poca seriedad, tal cual y lo han venido haciendo con
todas las demás reformas[2].
Preocupa el endeudamiento público que está detrás de varias medidas, como es el
caso de la pensión universal y previsiblemente el seguro de desempleo, lo cual
puede tener consecuencias adversas muy graves, hoy palpables a nivel
internacional, si a futuro no se logran los recursos suficientes para mantener
este compromiso. La reforma no protege la clase media como lo quieren hacer
ver, o como en su momento lo expresó Rosario Robles.
Para
compensar los ingresos que no se tendrán por las modificaciones en la reforma
propuesta, el dictamen que se envió a la cámara de Senadores implicó un
incremente en el precio de la mezcla mexicana de petróleo de 81 a 85 dólares
por barril. Lo cual contrasta si se recuerda que uno de los principales
objetivos de tener una reforma
hacendaria era precisamente reducir la
dependencia de los ingresos petróleos.
En
opinión de Steve Forbes, presidente y director de Forbes Media, el aumento en
impuestos es dañino y no necesario, “deben tener una economía que crezca,
nuevos negocios surgiendo. La mejor forma de combatir la informalidad es
facilitar el proceso de establecer un
negocio legal, el Gobierno debería hacer otra reforma fiscal, pero para bajar
los impuestos y simplificarlos como lo hizo Hong Kong y Singapur”
Ahora
dígame estimado lector, ¿Usted entiende a nuestros legisladores? Entiende que
la forma en que hacen política es una mera simulación, los pactos ya están
establecidos, la mafia del poder logró enajenar a la población que ilusamente
creyó en un proyecto de telenovela del canal de las estrellas, lo triste es que
pese a todo a esto mucha gente sigue con esa naturaleza de creer lo que la
televisión dice, denostando los movimientos sociales que impulsan cambios
verdaderos y un despertar de conciencias, que buscan lograr que nuestro país
retome el camino sagrado que tenemos escrito en nuestra constitución basada en
Los Sentimientos de La Nación de un líder michoacano y que día a día vamos
perdiendo.
Hoy
jueves 7 de Agosto a unas horas de que me cierren la edición del periódico,
observo con sentimiento como se consumó
el mayor atraco a la nación, la apatía y el desasosiego no nos permitieron
movernos para evitarlo, pero afortunadamente la esperanza es algo que nadie
arrebata, si logramos la consulta popular tendremos el derecho y el gobierno la
obligación de preguntarnos si estamos o no de acuerdo en que se lleve a cabo la
Reforma Energética bajo los lineamientos del PRIANISMO. Así que le invito a que
se una a esta iniciativa impulsada por MORENA ¡Que nos pregunten a Todos! Para que en las elecciones federales
del 2015 se pregunte a los ciudadanos ¿Estás de acuerdo o no en que se otorguen
contratos o concesiones a particulares, nacionales o extranjeros, para la
explotación del petróleo, el gas, la refinación, la petroquímica y la industria
eléctrica?
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