miércoles, 28 de diciembre de 2011

HONOR, A QUIEN LO MERECE

Estimado lector, parece ser que existen unos duendes muy simpáticos y bromistas que a la hora de realizar la impresión de nuestro querido Tacamba pusieron su mira en su servidora, pues resultó que en la edición pasada mi artículo no salió completo… Pero gracias a la buena intervención de nuestro sub director, el Ing. Domingo, me han cedido doble espacio esta quincena, ¡Miren que afortunada!, pues sí en realidad me siento afortunada pues es muy lindo que me  cedan un espacio tan privilegiado en este periódico al lado de tantos otros colaboradores a los que desde hace años yo venía leyendo. Uno de ellos, haciendo honor a quien honor merece, sin lugar a dudas Don Checo (q.e.p.d.) a quien tuve el gusto de conocer hace ya algunos ayeres, cuando yo apenas era niña y acompañaba a mi abuelita a comprar algunas cosas a su tienda, en aquél entonces estaba ubicada en el portal donde ahora se encuentra el museo. 

Posteriormente, estando yo en la universidad, acompañaba a mi mamá a celebrar el triunfo del candidato perredista a la diputación, Israel Tentory, cuando don Checo se acerco a saludarnos, mi madre me presentó con él y hablamos un poco sobre el suceso que presenciábamos, antes de despedirnos me pidió aceptara salir en las páginas del Tacamba, en una de sus secciones conocida como La Fémina de la Quincena, no se piense que presumo, pero para mí fue un honor que me tomará en cuenta, recuerdo que me comentó acerca de mi estatura y lo refirió en el periódico con esa chispa que él tenía al describir a la gran cantidad de chicas que hemos tenido el privilegio de salir en esta sección, esa magia que él desplegaba en sus Checolinas, en las que tantas veces me reía por lo bien logrado del humor crítico vaciado en ellas. Muchas de las veces que iba a Tacámbaro a comprar el periódico, estaba él en su tienda y siempre me preguntaba por mi mamá, o comentábamos algo de los sucesos políticos, alguna vez le exprese mi deseo de mandarle un artículo sobre lo que mi conocimiento me permitiera expresar, el tiempo y mis múltiples pretextos no me dejaron hacerlo en el tiempo en que él pudiera leerlo, desafortunadamente. 

Ahora recordando este año, escribiendo estas líneas que aparecerán en la última edición del 2011, lo hago con la intención de recordar un poco a este gran señor conocido y estimado por muchos de nosotros, algunos más cercanos a él que otros. Tenía en mente hablar sobre los últimos acontecimientos, como las pifias del copetudo del tricolor que tanta revolución hicieron en las redes sociales, pero seamos honestos, me queda más tiempo en el que seguro hará o dirá más tonterías de las cuales tendré oportunidad de criticar ampliamente; así que cuando me senté a escribir, simplemente Don Checo salió en las primeras letras, quizás me inspire un poco en lo que comentaba la maestra Carmelita en su artículo de la quincena pasada, o en un correo que me mando el Ing. Domingo, sea cual fuere la fuente de inspiración, considero que esta es una buena manera personal de cerrar este año, aludiendo a la labor de quien dirigió noblemente el rumbo de este periódico, al que fue un Director sagaz, que dirigía a los no menos perspicaces colaboradores, que se leen con gusto y son parte ya de la lectura obligada de cada quince días, los que tuvieron la fortuna de ser leído en vida por él. 


Por eso, mis muy estimados lectores, esta vez no me extendí en críticas sino todo lo contrario, como decía al principio: honor a quien honor merece. Solo me resta dedicar unas líneas a agradecer a los personajes por los cuales tengo este espacio de expresión, a mi esposo por alentarme a escribir, al Ing. Domingo quien en el primer artículo me dio su muy apreciado punto de vista y me invito a seguir colaborando, a mis hijos por ser el principal motor que me mueve a querer crear reflexión para heredarles un país más fraterno, a mis papás y hermanos que con sus comentarios nutren mi saber y por último, pero no menos importante, a ustedes queridos lectores quienes me regalan un poco de su tiempo cada quincena, así pues también quisiera expresarles mis buenos deseos para este año 2012, que la  luz, armonía y paz estén presentes cada día en sus hogares, que el Tacamba  no falte en sus actividades de lectura cada quince días y que este año que pronto comienza sea de esperanza y sobre todo de amor, que es todo lo que necesitamos… ¡¡FELIZ AÑO!!

Comentarios a alvaelitac@gmail.com

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