miércoles, 30 de abril de 2014

LA AVENTURA DE SOÑAR

Carolina Alvarez Elizarraras

“Vive de tal manera que cuando tus hijos piensen en justicia,
 cariño, amor e integridad, piensen en ti”

En los albores del día del niño escribo estas líneas, intentando discernir ideas para compartirlas con aquellos que me donan un espacio y me leen. Para quienes ya tenemos la dicha de ser padres, nuestros hijos no dejan de sorprendernos día a día, les aseguro que todos tenemos anécdotas para comentar,  a mí lo que más me maravilla de los niños es su inocencia, su fantasía y un idealismo tan espontáneo que a veces se contagia.

Obviamente la forma en que les eduquemos hará de ellos en un futuro una persona adulta estable y congruente, no hay fórmula secreta para educar más que el amor, el amor es mágico y transforma, implica compromiso y entrega, el amor es incondicional. Al final todo lo que necesitamos es amor, tal cual dice la canción, y es de suponerse que todo ser humano es capaz de recibirlo y darlo ¿no es así?
Sobre todo cuando tenemos un entorno integral en el que nos desenvolvemos adecuadamente y en un contexto emocionalmente estable, el amor es tan fácil de dar, tener y percibirse. Pero ¿qué sucede cuando en nuestra mente el amor es lo último en lo que pensamos cuando lo principal es la preocupación por aportar un sustento económico a nuestro hogar? Les comparto esta reflexión:

UN NUDO EN LA SÁBANA
>>En la reunión de padres de familia de una escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. Ella entendía que aunque la mayoría de los padres de la comunidad eran trabajadores, debían encontrar un poco de tiempo para dedicar y pasar con los niños.

Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana.
Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo y cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya estaba acostado.
Explicó además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia. Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba reemplazar esa falta dándole un beso todas las noches cuando llegaba a su casa y para que su hijo supiera que él le había ido a ver mientras dormía, hacía un nudo en la punta de la sábana.  “Cuando mi hijo despierta y ve el nudo, sabe que su papá ha estado allí y lo ha besado. El nudo es el medio de comunicación entre nosotros”

La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando comprobó que el hijo de aquel hombre era uno de los mejores alumnos de la escuela. Este hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse con otros. Aquél padre encontró su forma, una forma simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía a través del nudo, todo el afecto de su papá. Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento. Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban para aquél hijo, muchísimo más que un montón de regalos o disculpas vacías. Es válido que nos preocupemos por las personas, pero lo más importante es que ellas sepan y puedan sentir nuestra preocupación y cariño por ellas.
Para que exista la comunicación, es necesario que las personas “escuchen” el lenguaje de nuestro corazón, ya que los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras. Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben distinguir un gesto de afecto y amor, aunque ese gesto sea solamente un nudo en la sábana. Un nudo cargado de afecto, ternura y amor.<<

Desafortunadamente llevarlo a una realidad en este país es ¿casi una utopía?  Yo lo veo a diario, veo a padres contaminados por los medios de comunicación, sumergidos en dinámicas familiares tan dañinas como el alcoholismo o la drogadicción, enajenados con la televisión y sus perversos patrones de comportamiento que impactan en la población, pero también veo a padres agotados, cansados de luchar contra una pobreza que duele, que lastima, que marca, una pobreza que no te permite ni pensar en cómo educar a los hijos cuando la máxima es buscar lo que comerán al día siguiente, padres agobiados emocionalmente, la pobreza también puede producir depresión, y ésta genera un sinfín de conductas y situaciones en la dinámica familiar. Donde existe pobreza existe déficit y desestabilización psicoevolutiva y de nuevo pregunto ¿Cómo lograr niños felices en un entorno como esté?

Uno no puede ser ajeno a estas situaciones, insensible ante tanta marginación, impávido ante el sufrimiento de los demás. De esa “minoría” , de esos que deberían estar primero, porque volteó y analizo la actuación del gobierno, sus programas sociales tan descontextualizados y convertidos en migajas solo para entretener, no buscan la solución de fondo, sus reformas estructurales en nada cambian al país, cada sexenio es lo mismo, cada gobernante en turno una mera marioneta del poder fáctico, con la  población ensimismada en su egoísmo particular olvidando el bien colectivo, pobreza hay en todos lados, todos los días, a todas horas, la vemos pero no la observamos.

Y lo peor de todo, nada hacemos por cambiarla, no basta organizar brigadas sociales para llevar juguetes, alimento u otros, eso es dar un placebo emocional a la población, ¿ayuda? ¡Por supuesto!, pero no es la solución, para que el cambio sea significativo debe estudiarse la dinámica social del México contemporáneo y empezar a actuar desde ahí, implementando programas que realmente impacten positivamente en la población, permitirles el acceso a televisión de calidad, proveerles a los padres de familia verdaderas fuentes de empleo a largo plazo, abastecer de todas las herramientas necesarias a los padres para el buen desenvolvimiento de los hijos. Cada aspirante a tener un puesto dice una frase tan absurda: “Los niños y los jóvenes, el futuro de nuestro país, por eso cuando llegue al poder…” y me cuestionaran porque pienso que es absurda, fácil, esos niños y jóvenes tienen un padre y una madre, si ambos no están en casa o no educan adecuadamente a sus hijos ese futuro del país ya va a ir con traumas psicosociales, si esos padres carecen de la atención de sus gobernantes para desarrollarse en un entorno, según la OMS, integral y benéfico ¡¿Cómo esperar que los patrones de conducta no se repitan?!
 
El día en que los gobiernos dejen  de pensar con la cabeza neoliberal, se rediman de etiquetas, y se dediquen a servir a la gente como debiera ser, ese día quizás los festejos en esta alborada del día del niño, sean en realidad significativos. Sé que hay tanta información sobre la cual hoy pude llenar este espacio, pero hoy en especial mi corazón latió con más fuerza, la de una madre, feminista y de izquierda. Como escribió el poeta colombiano Jaime Jaramillo: “Me han dicho, a modo de crítica, que vivo en la luna. Les he dicho, a modo de crítica, que viven en la Tierra” Si no soñamos con cambiar el mundo, empezando por el nuestro, entonces ¿para qué sirve soñar?

Mis saludos quincenales son esta vez para todos los pequeños soñadores, los niños, muy especialmente a mis dos chiquitines Arturo y Armando, y uno con mucho cariño a una niña tan luchadora como sus padres Morenita, le dices a tu papá que te lea el saludo. ¡Feliz día del niñ@!




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